
Hashima (端島), conocida popularmente como la «isla fantasma de Japón«, o Gunkanjima (isla acorazada), es uno de los lugares más escalofriantes, catastróficos, decadentes y siniestros de todo el mundo.
Poca gente ha oído hablar de esta sorprendente isla apocalíptica, que un día llegó a ser, uno de los lugares más prósperos de todo Japón.
Hoy día, Hashima es un lugar que literalmente «asusta» a quién lo visita, dando la impresión de haber llegado a una escena desoladora de la serie de zombies «Walking Dead». Si quieres saber más sobre esta isla fantasma, quédate con nosotros.
¿Cómo surgió Hashima?
Con sólo 400 metros de largo por 150 de ancho, esta isla-ciudad abandonada y situada a 20 kilómetros de las cosas de Nagasaki, ha llegado a registrar datos y hechos históricos sorprendentes.
La historia de la isla de Hashima tiene su origen en 1887 con el descubrimiento de una gran veta de carbón situada 200 metros en el subsuelo marino. Fue la empresa japonesa Mitsubishi, la encargada de construir dos túneles de 190 metros de profundidad para explotar el yacimiento.
Debido a la alta calidad del carbón encontrado, y la gran cantidad del mismo que se podría extraer, la empresa decidió comprar la isla en 1890.
Poco después, para aumentar el proceso de extracción, Mitsubishi decidió instalar en la isla una ciudad con todos los servicios necesarios los trabajadores y sus familias. Décadas más tarde, la isla se había convertido en una isla industrial sin precedentes conocidos.
Había surgido, la leyenda de Hashima.
El lado oscuro de Hashima
La explotación fue altamente fructífera desde sus comienzos hasta el final de su explotación (principios de los años 70).
Pero Hashima tuvo un periodo bastante oscuro y sangriento durante la década de los años 40, en la Segunda Guerra Mundial.
Ante la escasez de mano de obra japonesa debido a que casi todos los hombres estaban en el frente de batalla (Corea, China y Pearl Harbor), decidieron tomar a los prisioneros como mano de obra en Hashima para poder continuar con la extracción del carbón.
Los prisioneros fueron obligados a trabajar en la mina hasta la extremaunción, muriendo hasta 1.300 prisioneros por hambre, cansancio, derrumbamientos y suicidios ante la desesperanza. Muchos llegaban incluso a tirarse al mar con a intención de alcanzar las costas de Nagasaki, pero los 20 kilómetros que separa Hashima de la costa son insalvables a nado.

Fue la ciudad con más densidad de población del mundo
Sin embargo, después de la guerra la economía subió y la demanda de carbón también. Hasta 6.000 personas llegaron a vivir en la isla durante la década de 1960, momento de su mayor apogeo. En este periodo, la isla-ciudad llegó a tener la densidad de población más alta del planeta.
Para que te hagas una idea, la zona residencial de la isla alcanzó una densidad por kilómetro cuadrado de 139.100 habitantes. Tokio, la ciudad más poblada del mundo, no llega a las 15.000 personas por kilómetro cuadrado.

Sin embargo, no le faltaba nada a esta próspera y atípica comunidad japonesa, la cual llegó a ser, uno de los núcleos de población más prósperos de todo Japón por los altos ingresos de los trabajadores. Eso si, no había ningún vehículo, ya que no eran necesarios por las pequeñas dimensiones de la isla (480 por 150 metros).
Para protegerla de los tifones que habitualmente la sacudían, y favorecer la decisión por parte de los trabajadores por trasladarse a vivir Hashima, Mitsubishi decidió amurallar su perímetro como si de una fortaleza medieval se tratara.
El resultado, fue una especie de castillo industrial en el mar del Japón, superpoblado y extrañamente próspero.
La población tenía un nivel adquisitivo bastante aceptable, aunque las condiciones de afinamiento por la falta de estácio eran desbordantes.

¿Cómo era Hashima?
Hashima era una ciudad «minera» que a pesar de sus reducidas dimensiones y alta densidad de habitantes, contaba con servicios muy avanzados para su época.
Disponía de un hotel, veinticinco tiendas, una gran escuela a la que no le faltaba gimnasio y patio, guardería, un hospital, varios casinos, numerosos restaurantes y cafés, un baño público, pistas de tenis, oficina de correos, una comisaría de policía, e incluso un burdel.

Como se percibe en la fotografía, Mitsubishi había creado como resultado de su inversión minera, una ciudad efervescente de vida y convivencia. Pero a su vez, también algo parecido a un hormiguero carente de naturaleza ni espacio vital. La sensación, era muy asfixiante.
Pero a pesar de ello, gracias a los buenos sueldos que la empresa japonesa otorgaba a los trabajadores que explotaban la mina, la demanda de familias que querían trasladarse a ella era constante.

Sobre estas líneas, la foto de una agrupación de niños reunidos en la sala principal del templo Senpukuji, el único que se creó en la isla.
La comunidad se organizaba por distritos. En cada uno de ellos se hacían reuniones de niños llamadas «asociaciones de niños». Tenían el propósito de organizar eventos participativos en comunidad para la integración.

La tienda con más género para compras pertenecía a la empresa y contaba con 300 metros cuadrados.
Con el tiempo, Gunkanjima se convirtió en un verdadero símbolo y orgullo del crecimiento y desarrollo japonés, después del hecho de haber sido perdedores en la guerra. Todo un referente de modernidad y prosperidad que llegó a representar a la sociedad japonesa de la época.
El fin de Hashima
Pero ¿cómo llegó a convertirse este próspero lugar, en una ciudad apocalíptica?
Sencillamente el petróleo comenzó a sustituir al carbón en la industria, y la demanda bajó hasta tal punto que tuvieron que cerrar la mina.
Fue a finales de la década de 1960 cuando poco a poco, la demanda de carbón fue cayendo.
El anuncio de la finalización de la extracción de carbón por parte de Mitsubishi, se dió a conocer el día 15 de Enero de 1974. Sólo fueron necesarios 3 meses desde ese momento, para que Gunkanjima quedase completamente deshabitada.

La naturaleza sigue su curso
En poco tiempo la naturaleza penetró en la ciudad, pasando de ser un lugar donde la vegetación era completamente inexistente, a una isla salvaje llena de vida.
De hecho, Hashima es visitada frecuentemente por investigadores para analizar el comportamiento del hormigón y las diferentes edificaciones cuando la presencia humana desaparece por completo.
Más abajo podemos ver cómo muchos de los objetos y enseres de los habitantes de Hashima fueron abandonados, siendo hoy día verdaderas reliquias de los años 70 dignas de coleccionistas.
De alguna forma, se puede hacer un símil entre esta ciudad japonesa y la de chernóbil. La imagen de abandono de una vida entera, olvidada entre hormigón armado es bastante desoladora.
También nos hace reflexionar sobre nuestro paso por la vida y la poca trascendencia que tiene lo material ante la verdadera importancia de las emociones y necesidades humanas. ¿Es necesario dedicarle tanto tiempo y esfuerzo a conseguir un buen coche o una gran casa? La familia y las relaciones humanas es lo verdaderamente transcendente.
Escenarios de películas y leyendas
En el año 2012, James Bond pisó la isla para hacerla formar parte de algunas escenas de la película «Skyfall». Esta obtuvo muy buena crítica y ganó numerosos premios, entre ellos dos Oscar y 5 nominaciones.
Javier Bardem fue uno de los actores que participaron en este film de nacionalidad británica.
En al año 2017, otra producción, esta vez coreana, fue rodada en Hashima. La historia de fondo fue la explotación por parte de Japón hacia los prisioneros coreanos y el intento de evasión por parte de estos.
La película se llama «The Battleship Island» y fue dirigida por el director surcoreano Ryoo Seung-Wan.
¿Merece la pena visitar Hashima?
Hashima está fuera de los circuitos de turismo habitual por por parte de quienes visitan Japón (templos, santuarios, ciudades históricas y zonas rurales). Sin embargo, desde hace pocos años, varias son las empresas que ofrecen excursiones a Hashima con bastante éxito por cierto.
Las valoraciones de quienes ya han realizado esta visita guiada por la isla son muy positivas. Tienes más información en nuestro post, «excursión a Hashima». En el siguiente enlace puedes reservarla:
Pero si no te va a ser posible, visitar este extraño lugar Patrimonio de la Humanidad, siempre tienes la posibilidad de visitarlo con Google Street View.
📌 Como llegar a Hashima
La única forma de llegar a Hashima es contratando una excursión con una de las agencias de turismo que realizan el servicio.
Estas disponen de varios barcos turísticos que parten desde el puerto de Nagasaki. El puerto se encuentra a sólo a 3 minutos andando de la estación central de Nagasaki.
Takashimamachi, Nagasaki, Prefectura de Nagasaki 851-1315, Japón.
En el reportaje sobre Hashima producido por National Geographic que te mostramos a continuación, explican visualmente por qué la isla se ha convertido en un lugar de estudios e investigaciones.
Se analiza cómo es el comportamiento de las construcciones de hormigón y el avance de la naturaleza sin la presencia del ser humano.
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